A Different Man (2024): El cine del reflejo y la ruptura.
El cine, ese espejo deformante que todos miramos con fascinación, ha hecho de la identidad su obsesión. Desde Vertigo (Alfred Hitchcock, 1958), donde el pasado y el deseo crean una identidad imposible, hasta Black Swan (Darren Aronofsky, 2010), con su delirio de perfección fracturada, y Enemy (Denis Villeneuve, 2013), que juega al escondite con dobles que no son del todo dobles, las películas sobre lo que somos —y lo que quisiéramos ser— nos muestran que nadie es tan único como cree ni tan sólid
Francis Cobo: Excelente artículo sobre una gran película. Toda la secuencia final me parece increíble, ya sin diálogos y con un clima muchísimo más sereno que el final climático apenas anterior, completamente delicado y con una composición hermosa. Coincido plenamente con la lectura que hacés de su conversión como una nueva forma de opresión, refinada de la superstición previa adorando ahora al verdadero quía. Sigue funcionando como una buena metáfora feminista de las distintas formas de opresión, y lo convierte en una tragedia de manual, de la que no se escapa. Saludos