El espectador en extinción: cuando todos son críticos y nadie disfruta
Ahora son todos críticos. Todos tienen algo que decir sobre cine, todos emiten juicio, todos diseccionan cada fotograma con la seriedad de un cirujano y la presunción de un semidios. Pero, entre tanto ruido, entre tantas sentencias y dictámenes, pareciera que nadie realmente disfruta. El cine, para muchos, ha dejado de ser una experiencia para convertirse en un trabajo. No porque se dediquen a él, no porque lo estudien, sino porque han asumido la absurda responsabilidad de juzgarlo todo, de cali
Yadiris Santos.: Coincido con usted en el aspecto de que el número de críticos se ha multiplicado exponencialmente, sin embargo, siempre hay algo que decir sobre algo que vemos, sobre todo si es algo que apasiona, desmeritar o no el trabajo del séptimo arte es relativo; coincido también esto de: "La crítica, cuando nace del conocimiento y la pasión, es una extensión del disfrute". No obstante, nos guste o no (soy de las que NO le gusta el todologuismo) para que una crítica sea realmente buena debe contener dos elementos esenciales, lo positivo para manifestar en lo que se aprueba y lo negativo para poner de relieve sus faltas. Todos en algún momento hemos sido críticos de cine incluso el simple hecho de repetir una película nos hace ver su lado positivo y cuando no nos da ánimo de detenernos 10 minutos en una, también estamos haciendo un juicio. Con la modernidad nacen nuevas perspectivas de ver el séptimo arte, aunque también entierran las metodologías ortodoxas de las críticas. Son elementos que ahora incorporados nos hacen analizar; que aquellos incisivos comentaristas del cine que descartaban un trabajo cinematográfico según sus únicos prismas y tomando como ciertas sus palabras quedaron en el pasado. También el elemento del oportunismo expresado en el capítulo que usted conceptualiza maximiza la posibilidad de que las criticas expandibles a los menos duchos sean tomadas en cuenta. Aquí existe un efecto de realidad que golpea crudamente al cine con la base del supuesto conocimiento llegado a las masas. Hacer cine es una labor que con criticas o no prevalecerá sobre las ruinas del consumo. Esta misma plataforma le abre las puertas a apasionados, fanáticos, ignorantes del cine, historiadores, productores, abriendo el abanico a la participación entre los buenos y los malos, permitiendo el desarrollo y a su vez otorgando una posibilidad al talento guardado, igual que los eruditos y decanos que hacen una encomiable labor sobre el tiempo; para unos no será más que un hobby, o un intento fallido de encontrar su vocación para otros será el inicio de una ventana hacia el reconocimiento social. En cualquiera de los casos hay que aprender a coexistir en esta ESTACION DE LA DIVERSIDAD.