La bella y la bestia: Ecos de una maldición.
Después del gran banquete, las campanas del castillo anunciaban una nueva era. El hechizo se había roto, el Príncipe había recuperado su forma humana, y Bella, ahora princesa, vivía rodeada de lujos, vestidos de seda y jardines interminables. Todo era perfecto. Al menos, eso parecía. Pero algo no encajaba. Las noches eran cada vez más largas. Bella empezaba a tener sueños extraños. En ellos, recorría los pasillos del castillo, pero estaban cubiertos de telarañas, las paredes descoloridas, sin vi