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The Wall (El muro)

Es una película impactante desde los primeros minutos, en los cuales se muestra de manera cruda y rápida el argumento. La historia del protagonista, Pink, se expondrá a lo largo de hora y media, pero reiteradamente volverá a esos ocho minutos iniciales, un recurso fílmico que a mis 16 años era la primera vez que veía.

Los diálogos son casi nulos, para comunicar el mensaje se hace uso de una banda sonora que no es meramente acompañamiento sino que, a través de las letras se va narrando la historia y el sentir de los personajes. El relato visual va alternando entre la actuación y dibujos animados que dejan clara la trama. En mi cabeza había una revolución visual y auditiva.

Para mi, no sólo fue ese volver al inicio constantemente lo que me impresionó tanto, la obra tiene varias aristas como, las consecuencias de la guerra, la sobreprotección materna, los excesos, la soledad y el miedo a ser vulnerable. Al terminar me quedé largos minutos tratando de comprender lo que había visto debido al aturdimiento que tenía.

La impresión que produjo en mi la temática de la guerra, desde una perspectiva que nunca había contemplado hasta mi adolescencia, fue realmente chocante. Había visto muchos documentales de la segunda guerra, pero no había recapacitado en el daño que esta produjo en las personas aun cuando nunca hubieran estado en el frente, tal es el caso del protagonista que apenas era un bebe al principio del conflicto bélico.

En la película se hace una crítica al sistema educativo, pero también a una sociedad castrante donde la represión es una cadena que afecta a los profesores y su último eslabón los alumnos. El maestro de Pink se burla de él exponiéndolo ante su salón de clases por el simple hecho de escribir poesía, obviamente el joven se siente avergonzado, a pesar de esto mantiene su gusto por el arte y termina siendo famoso. Me sentí muy identificada con esto dado que yo había estado en el foco de las burlas por escribir poesía.

Como artista y en el culmen de su carrera Pink tiene una vida vacía y sin sentido y llena de excesos, por lo que va arruinando todo a su alrededor y con la consiguiente culpa. Aislándose cada vez más llega a un punto de inflexión en el cual se disfraza de una manera alegórica, tomando la forma de todo aquello que le daño en su vida y al mismo tiempo cierra a su alrededor el muro para quedar protegido. Se convierte en alguien sin emociones que le da al mundo (sus espectadores) lo que quieren, no lo que él es.

La fuerte reflexión que tiene la trama, es que simplemente somos ladrillos en el muro, que sólo seremos útiles en tanto seamos funcionales al muro y de no ser así somos totalmente prescindibles. La conversión del protagonista en aquello que tanto nos había mostrado como deleznable es un acto de voluntad para poder encajar en la pared en la que no podía, todo esto pasa mientras el mismo construye sus muros para protegerse.

Este film marcó mi vida porque a los 16 años me replantee muchos temas; la gratitud a lo que no pedí y tuve, la fidelidad a mí misma, además me abrió la mente para comenzar a entender que hay vidas completamente diferentes a la mía, y personas heridas por razones muy lejanas a mis experiencias y que podían tener cualquier edad.

Ante todo este caos sin sentido que muestra la película, la escena final me dejó con la idea de que aún hay esperanza.

Eunice Martínez

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