El curioso caso Divergente
Es 24 de diciembre al mediodía. Son vísperas de la Nochebuena, de la Navidad y falta una semana para el fin de año. En el aire se siente el feriado, un tiempo que se mueve lento e invita a despreocuparse por absolutamente todo. Nada nos apura más allá de las urgencias artificiales de salir a comprar regalos o hacer la comida para la noche. En mi casa el despertador está apagado y abrir los ojos a la hora que sea no carga con el peso de la culpa. De eso debería tratarse el fin de año. De aterriza