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Lo que vendrá: la película anterior a Moebius y con Charly García

Lo que vendrá conjuga lo experimental y lo existencialista con una puesta en escena calibrada y una atmósfera de pura extrañeza. Es una Buenos Aires futura y decadente, arrasada por no sé sabe qué y en la cual todos están librados a su suerte.

Antes de Moebius (1996), Gustavo Mosquera R. dirigió esta película. Luego de Hombre mirando al sudeste (1986), Hugo Soto protagonizó esta cinta. Este interpreta a alguien que vuelve a su Ciudad después de mucho tiempo, aunque le advierten que no lo haga. Y con razón; recibe de forma colateral una bala en una represión, lo que desencadena toda una serie de eventos.

Gustavo Mosquera R.

Ecos de la Última Dictadura, ecos de cierto espíritu de Terry Gilliam, ecos de un futuro cíclico y devastador con una atmósfera heredera de Invasión (1969), que a la vez se podría decir que es heredera de El Eternauta. Es una película con un ritmo acompasado, que sumerge al espectador en una experiencia onírica e introspectiva.

Una tumultuosa pre-producción

Gustavo Mosquera R. había tenido una serie de derroteros hasta poder llegar a plasmar su visión en el cual sería su opera prima. Había comenzado a estudiar cine en plena época dictatorial y del conflicto con el canal del Beagle, lo cual hizo retrasar su recibimiento varios años. Luego de su premiado cortometraje final, el cual funcionó a modo de tesis y el cual se puede encontrar en YouTube, “Arden los juegos” (1985), se le ofreció la posibilidad de dirigir su primera película.

La había comenzado a desarrollar junto a Luís Millauro en el guión. Sin embargo, un trágico accidente vial hizo que tanto aquel como quien podría haber desarrollar originalmente la banda sonora de la película, Andrés Theocharidis —talentoso músico con un enorme potencial que tocó junto a Los Redondos de Ricota en sus comienzos—, murieran. La producción siguió adelante, no sin el dolor ni la herida que causaron aquellas pérdidas

Dedicatoria al comienzo de la película al co-guionista y al músico fallecidos en un accidente vial

Mosquera debió terminar el guión lo más rápido posible mientras se avecinaba el proceso de producción. Y en la escritura —ya en sus comienzos, junto a Millauro— había alguien pensado para un papel fundamental dentro de la cinta. En una época en donde las estrellas del pop y el rock eran también partícipes en Hollywood, como David Bowie en Laberynth (1986), Sting en Dune (1984) o Mick Jagger en Laughter in the Dark (1986) no era una idea totalmente alocada que Charly García participara en la producción.

Luego de varias visitas, en la cual Mosquera relata cómo no tomó ni whisky ni vino ni cerveza con la estrella argentina, sino té, terminó convenciéndolo no sólo de que haga la banda sonora, sino también de que participara en la película en el rol que había pensado para él.

La primera interpretación del reconocido músico Charly García en una película

Por otro lado, el papel principal iba a estar destinado a un actor que murió demasiado temprano pero que dejó una huella indeleble en el cine argentino de los ochenta: Hugo Soto. Hombre mirando al sudeste se había estrenado en el año 1986 y Mosquera era amigo de su director, Eliseo Subiela. Asistió a la función privada y allí conoció al actor.

Pese a los reveses las piezas se estaban armando para conformar lo que sería Lo que vendrá. Y había un elemento clave para que la cinta fuera lo que hoy conocemos: la steadicam. Este fue el primer estabilizador de cámara, el cual se ata al cuerpo del operador mediante un arnés. Compensa los movimientos de quien lo utiliza, y permite por ejemplo el rodaje desde el punto de vista subjetivo del personaje. Tras ver El resplandor, el director se quedó fascinado con el uso que le dio Kubrick y eso quedó latente en su mente.

Hasta el momento no se había usado ninguno en Argentina. Sin embargo, Mosquera se enteró de que había uno escondido bajo llave en las oficinas de ATC (ahora, TV pública). Aparentemente había sido adquirida en la época dictatorial de mediante dudosas formas y allí quedó durante años, empolvándose. El director se contactó con funcionarios del entonces gobierno alfonsinista y terminó adquiriéndolo. Se lo entregaron roto, pero logró ponerlo en funcionamiento y tras mucho tiempo de práctica pudo manejarlo de forma hábil.

Una producción cargada de anécdotas

El rodaje comenzó y la steadicam fue clave a la hora de filmar tomas que se internan de forma inmersiva en las situaciones y que amplifican detalles que dicen mucho más de lo que aparenta mostrarse.

Por otro lado, la banda sonora de Charly García es fundamental e inherente a una puesta en escena de calles desoladas, hospitales vacíos y una noche apenas iluminada por el neón. Luego de su lanzamiento nunca se reeditó de forma oficial pero se puede escuchar en YouTube. Tiene un estilo similar al de otros soundtracks compuestos por él, como Pubis Angelical o Terapia intensiva; una confluencia de sonidos sintetizados que generan una atmósfera envolvente.

Y en sintonía con uno de sus hits, “Esos raros peinados nuevos”, “de chiquito fui aviador pero ahora soy un enfermero”, el músico interpreta a uno. Pero no uno común; bajo aquel uniforme es vengador anónimo que se resiste a un sistema opresivo y persecutorio y que hace lo imposible para rescatar al protagonista. Aparte, cuenta con escenas icónicas, como insultos a la policía o charlas por teléfono mientras juega a un videojuego protagonizado por él mismo.

Dentro del rodaje fueron múltiples las anécdotas que rodearon al músico: desde llegar a rastras a una locación desde el cumpleaños de Nito Mestre, el cual había sido hasta bien entrada la noche hasta la sugerencia de comprar parte de la película.

Una Buenos Aires apocalíptica

No está demás resaltar la presencia de la actriz y escritora Rosario Blefari, que también participa en un rol muy simbólico dentro de la cinta; una especie de aparición entre espectral y angelical fundamental para el protagonista.

Se podría llegar a decir que la película tiene cierto ritmo que por momentos se puede llegar a hacer algo monótono. Pero a la vez eso es coherente con lo que se quiere generar desde el mundo presentado. Es precisamente una narrativa pesada en un mundo aplastado por la decadencia y la devastación. Aparte, hay cierto cariz experimental que creo que también lo justifica.

La aparición estelar de la música, escritora y actriz Rosario Blefari

Lo que vendrá fue restaurada en 4K como parte del proyecto constante de rescate de los laboratorios Gotik y se puede ver actualmente en cine.ar. Una película de una sutil ciencia ficción, que como toda buena de este género, puede decir mucho acerca de nuestro puntual presente.

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