Esta película, del director Herman Szwarcbart despertó en mí un borroso recuerdo, uno muy familiar que no lograba desenredar de dónde provenía. Al sentarme en la sala, en breves minutos, la nostalgia desenredo la duda, un lugar común, las largas horas de mi niñez sentada frente a la televisión.
LS83 – Canal 9, así comenzaba la trasmisión de la señal televisiva abierta argentina, esa que mi abuelo, podía ver hasta quedarse dormido en el sillón.

Esta obra, una película documental con un maravilloso valor histórico y popular que ha sido posible gracias a la recuperación de doce mil latas de material fílmico inédito, destinado originalmente al noticiero del mediodía o de la noche. El mismo fue hallado en un antiguo edificio de Canal 9, que se encontraba ubicado sobre la calle Castex 3345, en el barrio porteño de Palermo. Actualmente este material se encuentra en el Museo del Cine de Buenos Aires, quienes tienen, la enorme tarea de restaurar todo este material, alguna vez olvidado y nunca antes visto; Cómo porteña, nacida y criada, este filme, tocó muchas fibras sensibles, llevándome a esos lugares comunes, no solo a esas calles, por las que tantas veces he pasado, sino, sobre todo, a esos lugares comunes a los cuales el cine debe llevarnos, a conectar con una historia, desde, la historia, con un relato sensible y real, una historia que, aunque personal también universal.

Una hipnótica curiosidad fue arrullada por la melancolía de la niñez, incluso cuando este relato se desarrolla en un tiempo, que no habité; Entre 1973 y 1980. Demostrándonos que una historia bien contada, con calidad humana real, con valor, puede trascender el tiempo y las generaciones.
Basada en el libro de Martin Kohan, “Me acuerdo” (2020), en el que recopila recuerdos cotidianos de una infancia, transcurrida en tiempos de dictadura militar, una marca indeleble que, hoy en día, continúa atravesándonos y se volvió, no solo parte de nuestra historia, de nuestra historia como pueblo, sino también parte de nuestra identidad como argentinos, de una forma u otra.

El guion de Fernando Krapp y el director de la obra, Herman Szwarcbart, es una joya, un hermoso trabajo que refleja de forma tan simple y compleja estos recuerdos cotidianos, guiados por la voz del mismo autor del libro, Martin, quién relata en primera persona, logrando ponernos en su piel, mientras despliega la melancolía de las juntadas con amigos del barrio, para jugar en la calle, los anhelos infantiles, los juegos, los álbumes de figuritas, la merienda de la tarde, las travesuras, los miedos, las incertidumbres y los descubrimientos de un niño que crece; Cada uno como, un mini relato que nutre la trama en contraposición con lo cotidiano de una dictadura. La suba de precios, la inflación, el miedo a caminar por la calle, narrativas de hace 40/50 años que hoy siguen vigentes, acechadas por el fantasma de la censura y alimentadas por discursos políticos desencajados, pintados de violencia, que nuevamente aparejan una realidad de indiferencia tan implacable que debería dejarnos pensando.

Sin duda, una obra que, con una gran simpleza cala al hueso de muchas problemáticas sociales, aún presentes en nuestra sociedad, a través de los ojos de un niño que acarrea con inocencia la carga de un mundo que no está hecho para él y observa del otro lado del televisor el proceso de reorganización nacional a manos de personajes tan recordados como infames, entre los que encontramos al General Videla, con innumerables apariciones en este documental o Galtieri. También veremos a Monzón y a Gatti y hasta algo del festejo del mundial 78´. Es muy interesante cómo las imágenes se suman al relato, por momentos, tragicómico de Martin, la voz en off, sin ser exactas a la hora de compaginar con la historia, son alusivas pero sin opacar el diálogo, le dan contexto a una realidad que para un niño podía ser tan irreal como concreta. Una imagen con un subtexto poderoso y muy profundo. Atravesado por el miedo, la censura y la incertidumbre de una realidad cambiante. Todos hemos sido niños, todos hemos sido testigos en mayor o menor medida de la crueldad del mundo sin llegar a comprenderlo del todo.

Esta película documental con una narrativa poco frecuente y algo disruptiva, que actualmente se encuentra formando parte del BAFICI, sin duda es algo que vale la pena ver, no pierdan la oportunidad, no solo por su valor histórico o lo conmovedor del recuerdo infantil, sino también porque nos refresca la memoria sobre como las noticias o aquello que vemos a través de una pantalla puede ser completamente manipulado por discursos editados que se ocultan detrás de eufemismos de odio, muchas veces, “ocultos” a simple vista, pensados para desdibujar la realidad y pintar otra completamente opuesta, invisibilizando todo aquello que nos oprime.
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Como siempre, gracias por leer!!
La Bruja Anarquista
Ficha técnica:
Soporte definitivo de la película: DCP
Duración de la película: 83’
Ratio de proyección: 4:3 - Actual ratio 1.43:1
4K: 3096x2160
HD: 1548x1080
Mezcla de Sonido: 5.1 & Stereo
Color: B&N y Color
Lenguaje: Español
Subtítulos: Inglés, Español CC
País de producción: Argentina, Alemania
Año de producción: 2025
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Te mereces mi like 😊♥️
Me devuelves un like en mis artículos? Me tomo mucho tiempo escribirlos y agradecería mucho tu like por favor
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Buscar el perfil de Raúl Tarufetti, tu misión será. Con intención likear, equilibrio traerá.
Al algoritmo armonía darás. Mucho en juego está.
Hacerlo, tú debes.
Hmm.
Avisame si este tipo de mensaje te incomoda, así dejas de recibirlos.
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Me ayudarías con tu grandioso like en mis artículos
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Están increíbles te darán una perspectiva nueva del cine 😁
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