El lado bueno de... ¿morir? "Life of Brian" de Monty Python

Spoilers

La comedia tiene reglas aunque no lo parezca. Hacer reír sin usar lugares comunes como recurrir a las caídas, el pastelazo o el disfraz de gorila, en realidad es bastante difícil. Y antes de proseguir, cabe preguntarse: ¿Si es comedia, el final puede catalogarse como inesperado? Supongo que dependerá de su efecto, o mejor dicho, de la magnitud de su efecto, que a final de cuentes debería ser la risa. Pero ¿cuánta risa mide lo inesperado de un final en un filme de comedia? La trama se complica.

Existen giros argumentales en finales de comedia que son graciosos por lo aparentemente inesperado como el que ocurre al final de Dumb & dumber (Peter/Bob Farrelly, 1994): tras una aventura de altibajos extremos de buena y mala suerte, un camión que transporta un enorme grupo de chicas en bikini le manifiesta a los protagonistas su necesidad de dos personas que puedan aplicarles bronceador entre pasarelas y concursos; uno de ellos, Harry (Jeff Daniels), se limita a señalarles la dirección del pueblo más próximo en donde podrán encontrar a esos “suertudos”. Tras esto, Larry (Jim Carrey) reprende a su amigo con un grave: “¿Qué haz hecho?” y corre tras el autobús hasta que lo notan y se detiene. Cuando logra alcanzarlo, pide disculpas a las chicas, justifica a su amigo Harry aduciendo que es “lento” y les anuncia a las chicas que… el poblado está hacia la dirección contraria. Muy gracioso, sí. Inesperado no, porque es consistente con el perfil de los personajes. Es decir, son idiotas; por lo que hicieron lo que cabría esperarse de ellos. Recuerden el título del filme o cualquiera de sus traducciones: Tonto y retonto o el menos amable: Una pareja de idiotas. Por lo que nuestros protagonistas son tan preclaramente definidos desde el título y la trama, que el final resulta en una magistral rima poética.

Existen otras comedias de total disparate en el que los finales pasan inadvertidos por ser tan solo un sin sentido más dentro de un compendio de sinsentidos, piensen en las franquicias de Scary movie, Police academy o Naked gun como ejemplos de esto último.

Aunque pueda parecer difícil si hay un final de comedia que resulta ser genial y genuinamente inesperado y es del que en realidad trata este artículo.

Recordemos que un elemento importante en la comedia también es el absurdo, es decir, todo aquello que se considera contrario a lo racional como punto de tensión de lo que tenemos por normal o cotidiano. Ya sea paródica, satírica o fársica; la comedia debe tener su buena dosis de absurdo sin rebasar los límites del sin sentido. Puede jugar con sus límites, pero nunca caer en ese abismo; ya que como espectadores somos implacables con esos errores, sea de forma consciente o no.

Sin más, el final de comedia que, a mi parecer es el más inesperado de todos (y más a mi parecer, el mejor final de todo el cine) es el de la comedia épico-bíblica de los conocidísimos Monthy Pyton, Life of Brian (Terry Jones, 1979).

Brian nace en Belén el mismo día, en la misma calle y podemos presumir que a la misma hora que Jesucristo; lo cual lo determina para el resto de su vida. La trama es un parodia de los evangelios en la que Brian se ve envuelto en enredos muy peculiares, que guardan un vago paralelismo con el ministerio de Jesús, hasta el punto de ser confundido con el mismo mesías y teniendo un fin similar a éste en la cruz. Y es aquí donde ocurre lo inesperado. Un final para el que los adjetivos “absurdo” o “inesperado” suenan insuficientes. Sobra decir que es de una hilaridad total el repentino canto de always look on te bright side of life con el que se cierra la historia, Siendo desenlace, chiste y un musical soberbio a modo de paradoja; todo al mismo tiempo. En lo personal me pareció un final mucho muy inesperado. La película ya tenía un tono y ritmo muy dinámico y divertido con gags de diferentes tipos bellamente logrados y recuerdo haber soltado la carcajada más larga y sonora de mi vida tras ese final. Adelanto una breve descripción esperando no revelar demasiado: una multitud de crucificados esperando la muerte por las causas más ridículas entonando un canto de optimismo, buscando el lado bueno de… morir. De por si la comedia puede tener estos giros, pero uno así de genial fue (es) una magistral forma de cerrar una comedia de ese nivel. Si no la han visto corran a hacerlo aunque caben dos advertencias:

Primera. La película es una caricaturización de ciertos tópicos religiosos, que no de las figuras a las que alude, ni de los credos que de ellas emanen, así que se debe ser discreto con ciertas susceptibilidades religiosas. Advertidos quedan.

Segunda. Lo difícil de escribir sobre finales es la posibilidad de arruinarles el chiste a los espectadores nuevos del filme analizado. Esto lo reflexiono al cerrar el presente artículo, ya que existe la posibilidad de que algunos lectores no la hayan visto aún y esto resulte un concienzudo mega-spoiler, por mucho cuidado que haya puesto en que no sea así.

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