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Crónica de una muerte anunciada: Lars Von Trier y el DOGMA 95

POR JERÓNIMO CASCO

30 de ABRIL del 2024, 17.17 PM | UTC-GMT -3

¿Cómo inició el cine? Esa es la pregunta que se hizo durante muchos años el cineasta danés Lars Von Trier, nacido un día como hoy de 1956 en la capital del país nórdico. Bueno, para responder esa pregunta claramente tuvo que retroceder varias décadas atrás, y tener en cuenta algunos datos y referencias. Se puede decir que “la primer película” es la creada por Edward Muybridge en 1888, donde juntó 24 cámaras para sacar 24 fotografías en simultaneo de un galope a caballo donde él mismo era el jinete. En realidad estaba creando una ilusión de movimiento más que capturando movimiento. ¿Pero acaso una película no es eso? ¿Crear la ilusión de movimiento?

En fin, luego está la famosa historia de los hermanos Auguste y Louis Lumière, inventores del proyector cinematográfico, con su cortometraje experimental Trabajadores abandonan la fábrica Lumière de 1895, donde en un plano fijo exponen la salida de unos trabajadores. Ese es considerado por muchos como la primer película, pero no fue hasta el año siguiente, en 1896, con el corto de (nuevamente) los hermanos Lumière La llegada de un tren a La Ciotat que el cine lograría el impacto definitivo. En este cortometraje, la cámara se posiciona muy cerca del tren que está por parar en el andén, y es aquí el momento donde el cine como arte traspasó esa bidimensionalidad para adentrar al espectador en algo que jamás podría igualar ninguna otra.

¿CÓMO SE PUEDE RELACIONAR ESTO CON EL DOGMA 95?

Después de casi 100 años del nacimiento del séptimo arte tal como hoy se lo conoce, un grupo de directores (y a su vez amigos) daneses decidieron crear un revolucionario movimiento que iba en contra de todo lo que representaba Hollywood para el mundo del cine casi a finales del siglo pasado: el radical DOGMA 95. Encabezado por el polémico Lars y su (menos polémico) compatriota Thomas Vinterberg, este movimiento propuso romper las piezas del tablero para volver a las raíces del cine, dándole prioridad no a la producción de una película per se, sino a documentar y experimentar con lo filmado.

Ejemplos como Los Idiotas(1998) del propio Von Trier o Festen(1998) de Vinterberg atrajeron a la crítica cinematográfica por su sencilla puesta en escena y su mensaje provocativo. Las películas pertenecientes al movimiento debían estar certificadas y tener un número de matrícula. También debían ser aprobadas por un comité de jueces que valoraban la película y le daban su voto de castidad. Los títulos que fueron parte de este movimiento (o que querían ser parte) estaban caracterizados por:

  • Tener locaciones reales y no sets de filmación.
  • Que los planos sean con cámara en mano y no montada en trípode.
  • La línea temporal no podía ser desarticulada, tenía que estar ambientada sólo en el presente, sin flashbacks ni flashforwards.
  • La ausencia de iluminación más que la poseía la locación.
  • No tener género.
  • El sonido debía ser grabado directo con la imagen, sin postproducción.

Los Idiotas (1998)

En pocas palabras, lo que pretendía este movimiento era “salir a jugar con la cámara”, algo parecido a lo que propusieron en su momento movimientos como la Nouvelle Vague alrededor de principios de los 60s en Francia, a finales de la misma década en USA con el New Hollywood o el Cinema Novo en Brasil a finales de los 50s.

Realizadores de todas partes del planeta se sumaron a las revolucionarias condiciones que proponía el movimiento, con ejemplos como la peligrosa Fuckland de José Luis Marques, un archivo documentado de cómo se podía burlar de alguna manera la seguridad militar de las Islas Falkland en un intento de recuperar de alguna manera lo perdido en la Guerra de Las Malvinas. También está la única trilogía del movimiento, creada por el español Juan Pinzas ('Era Outra Vez', ‘La Boda’ y ‘El Desenlace’) una que posee una particular característica, ya que no tiene una temática en común entre las 3 películas más que el hecho en sí de que pertenecen al DOGMA 95.

The Blair Witch Proyect (1999)

EL FIN DE LA ERA Y SU LEGADO

Uno de los ejemplos más conocidos que (casi) pertenecieron al DOGMA 95 fue el de The Blair Witch Proyect (1999), una película que contenía todos los atributos de éste pero con una particularidad que la "excluía": era una película con género, porque era de terror.

La escalofriante cinta found footage no fue el puntapié de la declive o la “muerte” de esta nueva ola de cine, pero si fue a la que varios realizadores tuvieron en cuenta a la hora de querer ser parte de toda esta revolución. La película es una de las más rentables de la historia del cine (con un presupuesto estimado de 60 mil dólares recaudó el impresionante número de 200 millones) y fue el inicio de una forma de narrar historias que a día de hoy sigue siendo muy popular.

El DOGMA 95 propuso quebrar absolutamente (casi) todas las reglas del cine, pero se quedó atrapado en su propia trampa: quebrarlas significa proponer otras y generar así una rueda que nunca acaba.

Por su parte Lars Von Trier siguió con su forma de contar historias luego de todo este revuelo, siendo uno de los directores más polémicos y controversiales de todos los tiempos. Algún vestigio de todo eso quedo remanente en su actualidad como cineasta (la cámara en mano y su nulo amor por el “género”). Vinterberg por su parte es un director que se enfocó en el existencialismo del ser humano desde una mirada más sobria y realista.

Pero sin duda esta revolución dejó un legado y un mensaje que se esparce por todas partes: hacer cine en la actualidad es posible solo se tiene algo para contar, ya no existen excusas.


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