POR JERÓNIMO CASCO
JULIO 7, 17.43 PM | UTC-GMT -3
Cómo De Sica elevó el Neorrealismo Italiano con LADRÓN DE BICICLETAS
Hace 122 años nacía Vittorio De Sica, uno de los mayores exponentes del Neorrealismo Italiano, movimiento cinematográfico que surgió luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial en una Italia devastada tanto social, como política y económicamente.
En ese contexto apareció este director que había tenido su primer largometraje en plena guerra en una Italia contaminada por el fascista Benito Mussolini. La guerra terminó e inmediatamente un puñado de cineastas de este país decidieron expresar su dolor y rabia ante lo sucedido mediante el arte. Uno de ellos fue De Sica, que profundamente marcado por los horrores bélicos estrenó en 1945 La Porta del Cielo, un drama sobre dos peregrinos que se embarcan en un viaje esperando alguna especie de milagro. Un año más tarde llegaría Sciusciá (El Limpiabotas), un crudo drama juvenil ambientado en la postguerra.
Estos títulos poseían un factor en común: mostraban la esperanza como el motor principal de los personajes, que en el camino se topaban con una cruel realidad, dejando un poderoso mensaje sobre la fuerza de voluntad en el ser humano como muy pocas películas lo suelen retratar.
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Así como en esas dos aproximaciones al drama crudo y semi-documental, De Sica decidió contratar a actores y actrices inexpertos, y a 3 guionistas (Cesare Zavattini, Luiggi Bartolini) para dar luz a un título que elevaría el subgénero a la cima: Ladri di Biciclette, o mejor conocida como Ladrón de Bicicletas.
La idea del director era brindar un sentimiento genuino al decir: luz, cámara, ¡acción!, donde realmente se palpite la alegría, el odio, el remordimiento, entre varias emociones. Ladrón de Bicicletas no sólo logró eso, sino que elevó a este (por entonces) joven subgénero gracias a su universalidad y estatus de “clásico del cine”.
Hoy en día no sólo es considerado uno de los mejores ejemplos a la hora de crear cine con escasos recursos, sino que también figura en la mayoría de los listados como una de las mejores películas de la historia.
PERO, ¿CUÁL ES LA HISTORIA DE LADRÓN DE BICICLETAS?
Antonio (Maggiorani) es un hombre humilde de aproximadamente unos 40 años que se encuentra en una situación como la que atraviesan muchas personas en la Italia post-guerra: una desastrosa posición económica que obliga a muchísima gente a rebuscárselas de cualquier manera para subsistir. En ese contexto él tiene trabajos temporales para alimentar a su hijo Bruno, y a su esposa María.
Una mañana surge la oportunidad laboral que consiste en pegar carteles con distintas publicidades y/o propagandas por los distintos rincones de la ciudad. Lo único que requiere el trabajo es agilidad y poseer una bicicleta. Lamentablemente no posee una, entonces su esposa decide vender un juego de sábanas y acolchados con mucho valor para poder costear el vehículo.
Pero como bien dice el título, la felicidad de Antonio dura poco. En su primer día de trabajo, mientras pegaba carteles, un joven le roba la bicicleta en complicidad con otros sujetos y hace lo imposible para recuperarla.
Digamos entonces que el plot de la película es bastante simple, pero también muy efectivo. Desde el inicio, una música triste y desesperanzadora nos indica el contexto y detrás de los créditos iniciales un ómnibus se acerca. La muchedumbre espera el anuncio de algún trabajo que les de algo de esperanza (algo que está en falta).
El contraste entre la felicidad en los rostros de la gente por el fin de la guerra y la pobreza absoluta denota una cierta tensión que se palpa desde estos primeros fotogramas.
¿Que harías si te quitasen el único medio que te permite el sustento? Nadie parece darle algún tipo de solución o atención al abatido hombre que junto a su hijo, símbolo de fidelidad e inocencia, recorren toda una ciudad preguntando e intentando dar con el paradero de este ladrón.
Ladrón de Bicicletas es uno de esos pocos casos donde “la realidad supera a la ficción” , una que se funde con una época oscura para Italia y Europa en general. Una época que Vittorio De Sica supo aprovechar para expresar a través del cine su descontento con el presente que atravesaba la mayoría de la sociedad.
¿Que se puede hacer en una realidad como ésta cuando no existe ninguna otra alternativa que sólo mirar para adelante y sobrevivir? La respuesta está en ese andar de Antonio y Bruno en el final, desesperanzados, cansados. Sobreviviendo. Solo eso.
Chequea el trailer de Ladrón de Bicicletas más abajo
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