El cine post-pandemia: ¿ha cambiado nuestra forma de relacionarnos con las historias?
La pandemia de COVID-19 marcó un punto de inflexión en la forma en que consumimos y percibimos el cine. Durante el confinamiento, las plataformas de streaming se convirtieron en la ventana principal al mundo del entretenimiento, alterando drásticamente el modelo tradicional de distribución en cines. A nivel temático, los efectos de la pandemia han comenzado a reflejarse en películas que exploran temas como el aislamiento, la ansiedad y la necesidad de conexión humana. Ejemplos como Inside de Bo Burnham o The Fallout capturan el impacto emocional de vivir en un mundo cambiante. Por otro lado, se ha notado un aumento en las narrativas escapistas, como las grandes producciones de superhéroes o fantasía, que buscan proporcionar una vía de escape de la realidad cotidiana. Sin embargo, el auge de historias más personales y contemplativas, como Nomadland o Aftersun, sugiere que los espectadores también están buscando relatos que conecten con las emociones profundas que dejó la pandemia. La pregunta clave es: ¿ha cambiado nuestra relación con el cine de manera permanente? La experiencia de ver una película en la intimidad del hogar ha ganado terreno frente al ritual colectivo de la sala de cine. Además, ¿estamos más inclinados a buscar historias que reflejen nuestras emociones colectivas o, por el contrario, preferimos alejarnos de ellas para encontrar alivio? Este momento de transición podría definir cómo el cine se desarrolla en la próxima década.
marisoledad: Creo que no es nuestra relación con los cines, sino nuestra relación con los demás lo que ha cambiado. El COVID nos mostró que algunas personas no se preocupan por nuestra comodidad ni por nuestra seguridad. No solo están dispuestas a ser ruidosas en el cine, sino que también están dispuestas a toserte en la cara e infectarte con una enfermedad mortal. ¿Por qué ir al cine sabiendo lo egoístas que pueden ser las personas? Probablemente arruinarán la experiencia solo por diversión. Mejor quedarse en casa, donde todo es más cómodo.