Ecos del Overlook: La Noche Eterna
Me despierto con un sobresalto, el eco de mi propio grito resonando en la fría habitación. Al abrir los ojos, me doy cuenta de que no estoy en mi hogar. En lugar de la cálida luz de mi habitación, estoy rodeado por el tenue resplandor de una lámpara antigua que parpadea, proyectando sombras danzantes. Me incorporo lentamente, sintiendo el crujido de las sábanas bajo mi cuerpo. Las paredes de un antiguo hotel me rodean, cubiertas de un papel tapiz desgastado que parece susurrar secretos olvidados