Corey Feldman y Santi mi amigo en las películas de mi infancia.
Durante la década del ’80 no tuve amigo invisible, pero sí tuve a Santi, un amigo tan real y cercano que en los recreos de la primaria se corría la bola de que éramos hermanos. Algo del rumor debería ser cierto porque estábamos siempre juntos, al menos durante esos siete años que duró la primaria. Éramos como gemelos, no solo por cierto parecido físico, sino porque además nos llevábamos un mes de vida. Casi que yo vivía en su casa y él en la mía. Su mamá, Clara, era como una segunda mamá para mí