Taganrog

El oficial de la KGB Viktor Shvets es enviado a Taganrog, ocupado por los nazis, donde debe organizar y dirigir la inteligencia y la clandestinidad. Shvets consigue un trabajo en las autoridades de ocupación bajo la apariencia de un alemán del Volga, Gustav Schwartz. Gracias a sus acciones, el movimiento clandestino crece hasta contar con cientos de personas: cometen sabotajes, distribuyen panfletos, salvan prisioneros de guerra soviéticos y preparan un levantamiento armado. La Gestapo intenta con todas sus fuerzas desenmascarar a los participantes, captura a los miembros de la clandestinidad y los tortura, pero la resistencia de los habitantes de Taganrog no hace más que crecer.