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Cuando se encuentra el cadáver mutilado de un joven en un apartamento frente al mar en Bondi, a Tori Lustigman y Nick Manning se les asigna el caso. ¿Este asesinato brutal es doméstico, un robo que salió mal o un crimen de odio gay? Cuando ocurren otros asesinatos rituales, descubren que el asesino está usando THRUSTR para conseguir sus víctimas. Cualquier local que use esa aplicación ahora está en riesgo y es una carrera contra reloj para atrapar al asesino en serie antes de que vuelva a atacar. Con la creciente evidencia que sugiere que el perpetrador ha matado antes, Tori y Nick comienzan a investigar viejas investigaciones. El descubrimiento es impactante. En los años 80 y 90 descubren hasta 80 posibles homicidios de hombres homosexuales en Nueva Gales del Sur: muertes inexplicables, "suicidios" y desapariciones. Muchos de estos asesinatos fueron vinculados a los ataques homosexuales por parte de pandillas juveniles, un deporte sangriento que quedó en gran parte sin castigo. A medida que se encuentran con más víctimas de crímenes pasados no investigados, se convencen de que el asesino actual está conectado de alguna manera. Al volver a abrir los casos fríos, los detectives revelan la verdad oculta sobre los asesinatos del pasado y descubren evidencias críticas que conducen al asesino en serie. Al hacerlo, finalmente dan cierre a las familias de las víctimas al llevar a los asesinos, tanto en el pasado como en el presente, ante la justicia.