Svoya pravda (2008)

Marina creció en Azerbaiyán y fue feliz durante bastante tiempo. Se convirtió en maestra, se casó por amor, dio a luz hijos, creyó en lo que le prometieron las autoridades soviéticas. Nunca dudó de que su familia tuviera un futuro próspero. Pero la felicidad personal se resquebrajó y el país comenzó a cambiar para peor. El marido de Marina no encontró en su matrimonio lo que buscaba y se fue por otra mujer. El salario del maestro comenzó a ser muy escaso: la heroína tuvo que olvidarse de sí misma y dedicar todo el tiempo a sus hijos. Sólo por ellos vive ella. De repente, Marina conoce a Rustam, joven, enérgico, listo para vivir con ella por el resto de su vida y ser un padre para sus hijos. Pero hay un problema: Marina ya no es joven, pero un guapo azerbaiyano es un hombre 'en la flor de la vida'. Sus padres le encuentran una prometida adecuada. Rustam no puede ir en contra de su familia y duda en admitirle a Marina que tendrá que casarse con otra mujer.