El príncipe perdido (2003)

El monarca del imperio británico Jorge V (Tom Hollander) y su esposa, la reina María (Miranda Richardson), decidieron ocultar del público a su último hijo, el príncipe Juan, también conocido como Johnnie (Daniel Williams), para evitar que se sintieran avergonzados por su epilepsia. Mientras su protector hermano mayor es preparado sin piedad para la vida en la corte, Johnnie es enviado a una casa de campo en la finca real de Sandringham. Con su institutriz a tiempo completo, Lalla (Gina McKee), una madre sustituta, es abandonado a la diversión y al abandono social virtual. La Gran Guerra y la Revolución rusa cambiaron la vida en Gran Bretaña, la corte y Sandringham, donde se esperaban refugiados reales.