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Cada año, miles de personas acuden en masa a Phoenix, Arizona, para vivir. Y no es de extrañar por qué. La actividad de las pandillas y la violencia de las drogas casi han sido eliminadas. La tasa de criminalidad en la ciudad se encuentra en mínimos históricos. Por primera vez en mucho tiempo, la gente vuelve a sentirse segura. El jefe de policía tiene que agradecer a un hombre por eso. Michael Warthers. Sin embargo, Michael no es un santo. Todo lo contrario. Desde hace cuatro años, él y el jefe han llegado a un acuerdo en silencio. Amnistía para él y sus hombres por traer ciertos tipos de drogas y hacer cumplir una calle libre de violencia. Mientras la policía pudiera gravar el dinero que ganaba y las cosas se mantuvieran en silencio, todos estaban felices. Ahora que la ciudad se ha limpiado, el jefe de policía quiere revocar el control. Michael tiene otros planes.