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Entre 1996 y 2006, Michal Kosakowski produjo 49 cortometrajes sobre el tema del asesinato.49 asesinatos,ideado por los habitantes de la metrópoli del morbo: Viena.En 1996,Kosakowski empezó a investigar las fantasías de matar, al principio entre sus familiares y amigos,luego ampliando el círculo para incluir a artistas,músicos y,eventualmente,actores.Dentro de una década,Kosakowski realizó 49 cortometrajes,un elemento esencial es el hecho de que estas fantasías asesinas se pusieron en práctica con la complicidad de los propios encuestados y se retrataron en los 49 vídeos.Las colaboraciones entre Kosakowski y sus asesinos y víctimas ficticias en el guión,La actuación y la puesta en escena de las películas no podrían haber sido más cercanas ni más intensas.El propio Michal Kosakowski se encargó de dirigir,cámara,Edición y efectos especiales de las 49 películas.Las fantasías de violencia,todo lo cual parece alimentarse de la violencia explícita omnipresente en el cine y la televisión,Son impresionantes.Ninguno de los 160 artistas tiene antecedentes penales ni ha estado involucrado en ningún acto real de violencia.Y sin embargo envenenamiento,tortura,suicidio,ejecución,asesinato ritual,violencia por y contra las mujeres,hombres,y niños,asesinatos por motivos sexuales,político,y la aberración mental se encuentran cara a cara con las emociones de los destinatarios,desnudo y sin censura.La videoinstalación FORTYNINE es un cubo de paredes de espejos de 5x4x3 metros.Los visitantes que entran al cubo se encuentran con una pantalla dividida en HD de 49 partes que refleja sus reflejos hasta el infinito.El hecho de actos interpersonales de violencia,aquí anclado en la estética actual,también se refleja en las emociones visibles en los rostros de los visitantes,que se reflejan igualmente hasta el infinito.49 ejemplos de asesinatos ficticios chocan frontalmente con las emociones reales de los visitantes de la instalación.La experiencia colectiva de cualquier emoción genera intimidad, y es precisamente esta intimidad la que actúa como un componente constitutivo adicional de FORTYNINE: la confrontación del individuo consigo mismo.ante los ejemplos más atroces de violencia.Lo que Michal Kosakowski nos concede es la rara ocasión de experimentar un verdadero tabú de nuestro tiempo y de nuestra sociedad occidental: la muerte.Una muerte que,Siendo por el momento,parece presentarse exclusivamente bajo la apariencia contemporánea de la violencia incesante protagonizada por los medios de comunicación.