Paris Fantômes (2002)

¿Qué nos dicen las piedras cuando las miramos? Miro, veo, escucho; Rue de Navarin, en la esquina de Rue du Rocher y Rue de Rome, Rue Marie-Rose; de un lado a otro, los ecos de mis familiares fantasmas y otros. Como los guijarros de Tom Thumb, sigo el camino de las piedras cuadradas; en las fachadas de los edificios de París, las placas conmemorativas me atraen, me empujan hacia el campo, la ciudad de antaño, me hablan de épocas venideras. Hay 2.000 placas en París. Ante todo se pusieron placas a los grandes hombres, a los grandes políticos, a los grandes escritores, a los grandes poetas, a los grandes músicos, a los grandes soldados: la República se estaba haciendo una genealogía digna de ella. Aquí vivió, aquí murió, aquí vivió, aquí murió. Luego fueron los grandes héroes, los pequeños héroes y los héroes anónimos de la guerra: no vivían, sobre todo morían. Partí en busca de estas historias, en un París fantasmal donde, de placa en placa, se despliegan las huellas frágiles, apenas visibles, de vidas olvidadas.