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Después de que se impidiera un complot terrorista en Roma, el Jefe de la Estación B felicitó a su equipo por su arduo trabajo y sacrificio. Días después, la NSA interceptó un mensaje encriptado que contenía información confidencial recibida por una conocida facción terrorista con posibles células que ya estaban en los EE. UU. El Jefe de la Estación B fue ordenado a Langley, VA inmediatamente. Después de llegar a un lugar seguro, le dijeron que la información provenía de alguien dentro de su unidad. Sabiendo que no puede confiar en nadie, solicita la ayuda de un viejo colega que todavía tiene algunos trucos bajo la manga. La caza ha comenzado y es posible que al jefe no le guste lo que encuentre.