When I Killed the Cat

Cuando maté al gato explora la profundidad de la percepción a través de Jim, un pensador diferente y un observador inusual. Muestra las capas presentes en la condición humana, revelando sus misterios y singularidad. Las características psicológicas y cognitivas están muy presentes en la narrativa visual, viviendo las circunstancias mentales de Jim. Muestran una vulnerabilidad real y visceral que sigue evolucionando con el paso de los minutos. Conocemos a un hombre asustado por sus sombras y traumas, aún profundamente apegado a los recuerdos. Llegamos a conocer la causa de su miedo también, y su voz interior a través de una figura materna ambigua. Todo sucede rápida y progresivamente, cuando la amiga de Jim le pide que cuide de su gato. Pero, ¿es realmente solo un gato? ¿Es realmente solo un amigo? La tragedia de una perspectiva rota cobra vida en cada diálogo y gesto. Saca a la luz que, a veces, cuando los recuerdos rotos salen a la superficie, todo lo demás anhela sentirse destrozado.