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Los refugiados necesitan que se reconozca su educación en los campamentos al ser repatriados a Birmania. La política actual del gobierno birmano dice que esto no sucederá y que los refugiados tendrán que sentarse en un idioma a menudo desconocido basado en un plan de estudios desconocido. Pero es casi seguro que este enfoque creará problemas para los refugiados, no los resolverá, y contribuye a cuestionar cualquier interpretación significativa de los principios humanitarios internacionales de que la repatriación de los refugiados sea voluntaria y digna. La postura del gobierno sobre los refugiados también pone en duda su compromiso con una reforma educativa nacional genuina e inclusiva. Debido a las sensibilidades con respecto a estos temas, a Reconocer nuestra educación, realizar nuestros sueños se le ha negado la cobertura de los medios de comunicación birmanos, la oportunidad de proyección en Birmania y/o presentación a las autoridades birmanas correspondientes. Pero las preocupaciones de los refugiados son legítimas: sus voces deben ser escuchadas.