Svetlyachok i rosinka (1978)

La pequeña luciérnaga tiene un trabajo muy importante y responsable. Cada noche se despierta para encender luces alegres en el bosque. A la luciérnaga le gusta mucho su trabajo, y con gusto lo cumple. Esa noche fue al bosque a regalar a sus habitantes sus hermosas luces. Toda la noche los admiró, y por la mañana, habiendo extinguido todo, se fue a casa. La luciérnaga cansada hace un despertador para no quedarse dormida la noche siguiente y de repente ve en la ventana que una luz no quiere apagarse. Resultó ser una gota de rocío brillando bajo los rayos del sol naciente, que más tarde se convirtió en su nuevo amigo.