Corre, puma, corre (1972)

La región de Redrock Mesa de Utah es el escenario de una familia de pumas que habita en cuevas. La tragedia golpea cuando un cazador dispara al puma macho, dejando a Seeta, la madre, para mantener y criar a sus tres cachorros. Estos magníficos animales se capturan espléndidamente a medida que crecen y aprenden a sobrevivir en un entorno a menudo duro y peligroso. Contrariamente a la creencia aceptada, Seeta se encuentra con un amable pastor de ovejas (Arau) y se hace amigo de él, lo que desacredita el mito de que los pumas y los humanos no pueden coexistir. Sin embargo, cuando el cazador regresa, con la intención de rastrear al resto de la familia, la relación entre Seeta y el pastor se pone a prueba.