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Joe, un joven soldado estadounidense, es alcanzado por un proyectil de mortero el último día de la Primera Guerra Mundial. Él yace en una cama de hospital con un destino peor que la muerte: un amputado cuádruple que ha perdido sus brazos, piernas, ojos, oídos, boca y nariz. Permanece consciente y capaz de pensar, reviviendo así su vida a través de extraños sueños y recuerdos, incapaz de distinguir si está despierto o soñando. Sigue frustrado por su situación, hasta que un día Joe descubre una forma única de comunicarse con sus cuidadores.
Al igual que muchos, conocí la película gracias a Metallica, su videoclip con la historia de un soldado hospitalizado sin piernas, brazos, oídos, ojos ni boca, resultó siempre (cuando menos) muy llamativo, y es interesante cómo tras ver Johnny Got His Gun se enriquecen la canción y el videoclip de Metallica al conocer mejor el contexto y origen en el cual se basan. Después de más de 10 años de ubicar la película solo por los fragmentos del videoclip, finalmente me senté a verla, y a pesar de que podría mejorar sus diálogos o su final poco concluyente, resulta ser un viaje bastante particular por la cabeza de alguien que fue despojado de todo en el sentido más literal posible. A lo largo del relato entendemos cómo el protagonista (ya que por su estado se encuentra consciente pero totalmente incomunicado) se va dando cuenta de su condición, a la vez que cada mínima cosa que percibe le resulta significativa al ser alguien que no le quedan ni siquiera sus sentidos básicos. A la vez que la narración intercala entre ese presente en el hospital, con una especie de mezcla entre flashbacks y flashes mentales donde los recuerdos del protagonista interactúan con su conciencia presente. El resultado es una historia anti-guerra casi tan deprimente como uno podría esperar de esta premisa, y a pesar de no ser una película de terror, sí se maneja una cierta sensación de terror psicológico ante el estar confinado a ser una mente incomunicada dentro de un cuerpo inútil, algo que podría estar salido de un episodio de Cuentos de la cripta pero con un tono más serio y bajonero. No es una película para ver en cualquier momento, pero sí es una película que recomendaría ver en algún momento, a mí por ejemplo me tomó más de 10 años.