Dime dónde duele (1974)

Aunque la historia trata sobre mujeres casadas maduras que miran hacia el abismo de su existencia y cuyas vidas cambian por lo que ven, tiene más que decir sobre la condición humana que sobre la liberación de la mujer. La historia es desconcertante, porque las pequeñas concesiones que las mujeres le piden a la vida les resultan muy difíciles de obtener. Se acercan unos a otros con una desesperación contenida, temerosos de que si elevan sus expectativas se frustrarán aún más. Las mujeres -y los hombres que forman parte inextricable de ellas como amantes, proveedores, adversarios o amigos- no son símbolos ni estereotipos. Son solo humanos, anhelando formas de cambiar sus vidas para mejor e inevitablemente descubriendo que el cambio nunca se logra sin dolor.