El teléfono rosa (1975)

Las dificultades financieras provocarán la absorción de la empresa Castejac en Toulouse por el grupo estadounidense Fielding. Benoît Castejac va a París para negociar con Morrison, el representante del grupo. Este último encarga a su director de relaciones públicas, Levêgue, que proporcione una prostituta al director general de Toulouse: se trata de hacer más agradable su estancia y facilitar la negociación. Benoît conoce a Christine, a quien le presentan como la sobrina de Levêgue, y se enamora de ella. De vuelta en Toulouse, tuvo que hacer frente a una huelga encabezada por Bastide, el delegado sindical y uno de los jugadores del equipo de rugby dirigido por Benoît. Durante una nueva estancia en Pans, descubre la verdad de Levêgue. Llama a Christine, lo insulta y luego le ruega que lo siga. Christine se ríe de él. En Toulouse, Françoise Castejac, celosa, decide acostarse con un enviado de Morrison y luego separarse de Benoît. Este está solo, abandonado por todos. Una última esperanza: Christine.