Savannah (1988)

Savannah tiene seis años y definitivamente está aburrida. Es porque el alcalde de su papá tiene los dientes largos y constantemente se ve frenado por sus obligaciones como notable en las que lidera a su esposa. Necesitada de cariño, desatendida, Savannah decide un día tomar los polvos sueltos. Pronto conoce a Colin y Mailland, dos amigos inseparables y pendencieros, a quienes encuentra simpáticos hasta el punto de no querer dejarlos. Éstos, en delicadeza con la justicia y sobre todo ansiosos de llegar a su guarida alpina para ser olvidados, no pretenden estorbar al niño y primero se niegan a llevárselo consigo. Pero, muy pronto, sucumbiendo al irresistible encanto y la espontaneidad de la niña, olvidan su desgana y la adoptan. Los días transcurren, tranquilos y felices hasta que se enteran del tumulto en que el presunto secuestro de Savannah sumió a todo el país. Policías y gendarmería sobre los dientes no tardan en encontrar las huellas de los prófugos.