Hoy, quizá (1991)

La viuda italiana Bertille decide vender su propiedad inmobiliaria en Loiret, en la campiña francesa, y organiza un almuerzo familiar. Ella desea dividir el dinero entre sus hijos e hijas para evitar futuras disputas por la herencia. Se mudará con su perro a la casa de su hija Christiane y le pide a su familia que elija sus recuerdos favoritos de la infancia de la casa. A lo largo del día hay discusiones y críticas y hay chismes. Christiane no entiende por qué su madre gastó tanto dinero para anunciar la venta de la propiedad en más de 30 periódicos durante tanto tiempo. Al final del día, Bertille escucha un silbido y se dirige a una pequeña cueva en la parte superior de la propiedad. Allí conoce a su amado hijo menor, Raphaël, quien participó en un atraco en el que murió una persona.