We Who Are About to Die (1936)

Cuando deja su trabajo como ingeniero aeronáutico en Nuevo México tras una discusión con su jefe, John Thompson (John Beal) decide llevarse a su novia (Ann Dvorak) y mudarse a California. En su camino a recoger su sueldo, es secuestrado por una banda criminal que planea robar la oficina de nóminas del antiguo empleador de John. Toman su auto y uno de ellos viste su uniforme mientras asalta la oficina. Durante el robo, el pagador muere y un niño pequeño es atropellado mientras la pandilla escapa. Tiran el coche y liberan a John, quien poco después es arrestado y acusado de robo y asesinato. A pesar de las pruebas contradictorias y las protestas de John de que ha sido incriminado, es declarado culpable, sentenciado a muerte y enviado a prisión, donde es condenado a muerte mientras espera su ejecución. Un detective (Preston Foster) que había ayudado a condenar a John ahora comienza a pensar que tal vez era inocente como afirmó, comienza a repasar las pruebas y no le gusta lo que encuentra.