Con los brazos abiertos (1938)

Cuando un prisionero del corredor de la muerte le dice que no habría llevado una vida delictiva si solo hubiera tenido un amigo cuando era niño, el padre Edward Flanagan decide tomar medidas. Defensor de los derechos del niño y oponente del enfoque severo de la delincuencia juvenil en ese momento, Flanagan cree genuinamente que no existe tal cosa como un chico malo. Comenzando con unos pocos niños en una casa alquilada, el padre Flanagan finalmente establece Boys Town en 200 acres de tierra a 10 millas a las afueras de Omaha, Nebraska. Gran parte de la película se centra en los intentos de Flanagan de influir en un niño, Whitey Marsh, que se convertirá en un matón si no cambia sus costumbres. Cuando Whitey está implicado en un robo a un banco, pone en riesgo a todo Boys Town. A lo largo de todo, Flanagan tiene que luchar contra los prejuicios de aquellos que creen que los delincuentes deberían estar encerrados y la interminable escasez de dinero para lograr sus objetivos.