Vivimos aprisa (1941)

Rose Couglin (Lynn Bari) es una mesera ingeniosa en una cafetería con los policías Bob Brandon (Alan Curtis) y Herman Huff (Don DeFore anunciado como Don DeForest) compitiendo por su atención. Su discusión termina cuando el lugar se detiene, pero Brandon engaña al ladrón y lo captura, pero deja que Herman se lleve el mérito. Herman ahora debe patrocinar la solicitud de Bob a la fuerza motociclista y se siente aún más consternado cuando la actriz de sociedad Diana Hempstead (Sheila Ryan) toma simpatía por Bob. Rose también se ve involucrada en una estafa a un fabricante de refrigeradores por parte de un falso potentado extranjero, Nabob (Gerald Mohr).