Ave del paraíso (1951)

André Laurence acompaña a su compañero de cuarto de la universidad, Tenga, de regreso a la casa de la isla polinesia de Tenga. Allí, André asume la vida nativa y, después de muchas pruebas con las costumbres nativas y sus sospechas, se casa con la hermana de su amigo, Kalua. Su matrimonio no tiene hijos. Un golpe final para André llega con la erupción de un volcán, y el hombre santo de la isla, el Kahuna, decide que el volcán solo puede apaciguarse con el sacrificio de Kalua.