Un domingo de verano (1950)

Es domingo en Roma y los que pueden van a Ostia, al mar. Un grupo de niños en bicicleta; una familia numerosa y ruidosa con un coche viejo; un viudo que lleva a su hija a una colonia porque su prometida no quiere llevársela de vacaciones, en tren; Adriana, que dejó a Roberto para salir de la pobreza, con un auto de lujo en compañía de Donati. Y quien se queda en la ciudad: Hércules que es policía de tránsito, esperando los papeles para casarse con su novia embarazada y por eso despedido por los patrones; Roberto que encuentra malas compañías y se mete en líos. Así se desarrolla una serie de historias paralelas, tristes o alegres, y por la noche, después del domingo de agosto, algunas cosas importantes habrán cambiado.