No serás un extraño (1955)

El interno Lucas Marsh está decidido a convertirse no sólo en un médico de éxito, sino en uno de primera clase. Corteja y se casa con la afectuosa Kristina, no por amor, sino porque ella es muy experta en las técnicas de quirófano y porque ha ahorrado con moderación durante años. Marsh sabe astutamente que ella será una esposa que lo apoyará en todos los sentidos. Ella lo ayuda a alcanzar el éxito que quiere y se muda alegremente con él a la pequeña ciudad en la que comienza su práctica. Pero por mucho que intente ser un buen marido para la poco exigente Kristina, Marsh cae fácilmente en los brazos de una sirena local, y la paciencia de la afligida Kristina se agota. Razonando que él ya no la necesita, ella le pide el divorcio. Una calamidad hace que Marsh recupere la cordura: el Dr. Runkleman, el brusco y sabio empleador de Marsh, sufre un ataque cardíaco y necesita una cirugía de emergencia, y Marsh se ve obligado a operar.