Adiós Lady (1956)

Skeeter ha encontrado a este perro y descubre que nadie sabe de qué tipo es. Discute el asunto con su tío, expresando su deseo de mantener y entrenar al perro para la caza de aves, después de descubrir que el perro tiene una capacidad de superdetección, pero no ladra. Se "yodles" o se ríe, como dirían algunos. Sin embargo, el propietario real, una perrera para la que trabaja Walden Grover (William Hopper), quiere recuperarla debido a la rareza de la raza. Una película muy sensible y conmovedora, especialmente para los fans de Walter Brennan y cualquier amante de los perros.