Ya eres un hombre (1966)

El padre de Bernard Chanticleer le da dos simples palabras de consejo: "Crece". Bernard sabe que su primer paso es encontrar una chica que esté "dispuesta", pero deja pasar una apuesta segura, Amy Partlett, en pos de un objetivo más difícil de alcanzar. Su nombre es Barbara Darling, una inescrutable bailarina go-go. Más de unos pocos obstáculos alejan a Bernard de su mundo de sueños. Está su madre cariñosa, que le envía mechones de su pelo por correo y llora al pensar en su bebé convertido en un hombre; está un gallo malicioso, entrenado para atacar a las chicas guapas, que patrulla los pasillos de su casa de huéspedes de la ciudad de Nueva York; y, sobre todo, está la propia Barbara. Resulta ser una persona que odia a los hombres, emocionalmente marcada por el hipnoterapeuta lujurioso con pata de palo que la "aconsejó" en la escuela secundaria. En definitiva, Bernard se encuentra en un universo improbable con una torpeza calculada diseñada para evocar su confusa mayoría de edad.