Una mujer y siete pretendientes (1936)

A instancias de su amigo de la infancia Brémontier, Lucie de Kéradec, una rica condesa viuda que desea volver a casarse, invita a sus siete pretendientes a su mansión. Su intención no revelada es ponerlos a prueba alegando estar arruinada. La experiencia es un éxito en el sentido de que cada uno de los posibles maridos revela su naturaleza interior, pero un fracaso a la hora de encontrar un nuevo compañero de vida. Ninguno de los invitados pasa la prueba, excepto el octavo hombre, a saber, Brémontier, que amaba a Lucie en secreto pero, al no tener un centavo, no se había atrevido a declararle su amor.