Anita no pierde el tren (2001)

Anita ve cómo las más de tres décadas en las que ha estado trabajando en una taquilla de cine están literalmente devastadas: el edificio se demolió para dar paso a un complejo de cines y se ve obligada a jubilarse anticipadamente porque no encaja en la imagen de la nueva empresa . Incapaz de superar el shock, y por inercia, continúa volviendo al terreno vacío todos los días, donde solía estar el cine y donde una empresa de construcción está construyendo el nuevo complejo. Por simple casualidad, ella termina enamorada e involucrada con un hombre que maneja una excavadora en el sitio de construcción. Se produce un asunto de licitación y agridulce, que se lleva a cabo en la oscuridad, dentro de un remolque donde la empresa tiene sus oficinas. Está casado y no lo oculta. Pero, a pesar de eso, y gracias a sus reuniones secretas, ambos pueden abrir una puerta a las esperanzas del futuro. Esta es una relación sin perspectivas, pero en el caso de Anita, a principios de los cincuenta, le ayuda a marcar un antes y un después en su vida.