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Esta es la historia del pobre Jules Ribourdoir, que murió en el campo de honor del frente de Lorena en septiembre de 1944 y a quien su padre, el carnicero-jefe de su estado, trajo en su vieja furgoneta de gas para darle un entierro decente en el panteón familiar en Gentilly. Pero no creas que vas a deprimirte en este viaje: Pedro el anarquista, Jean-Paul el rubio y Phonphonse, los soldados de escolta mantienen el buen humor. Está el vino, el tufillo, las citas con chicas, las buenas bromas de descuartizamiento. Por supuesto, de vez en cuando, el recuerdo de una ráfaga de ametralladora vuelve a tu memoria - Una ráfaga se fue, ¿por qué? El coche fúnebre aún llegará a un buen cementerio. Para la mayor gloria de su padre, Jules será enterrado bajo las flores retóricas del camarada Jacques Duclos, especialmente conmovido para honrar a un pequeño soldado que murió por Francia reconciliada con su clase obrera.