Der Damm (1965)

En The Dam, aunque es una película experimental, Kristl evita la seriedad necesaria al abordar su tema. La profundidad fabricada, inequívocamente carente de humor que ofrecen otros contemporáneos alemanes está ausente aquí. La risa está permitida. Kristl se toma la terrible libertad de la tontería, enviándose a sí mismo, los personajes, la acción, la "tragedia" y todo lo demás, incluida la audiencia, que podría considerarse sagrado. En el marco de la acción, reconocemos un triángulo amoroso, una de las configuraciones dramáticas más simples. No sólo la idea básica, sino también numerosos detalles, tanto en el tema como en el estilo, recuerdan las películas de Roman Polanski, que Kristl sin duda vio y aprecia. Nos encontramos con dos hombres: uno está destinado a encarnar al extraño, el artístico, intelectual, individualista. El otro parece la encarnación del hombre acomodado, el burgués, el funcionario, el capitalista. Los dos luchan por el favor de una chica indecisa y dominante.