No estoy hecho para ser amado (2005)

Jean-Claude, de cincuenta años, tiene una vida aburrida, trabaja en una oficina propia del notario y como funcionario de la corte desaloja a los inquilinos o se apodera de propiedades, o pasa los domingos por la tarde en la casa de retiro con su padre agrio, grosero y amargo. Cuando tiene un problema cardíaco menor, su médico le aconseja que haga ejercicio y Jean-Claude comienza a tomar clases de tango en un estudio frente a su oficina. Conoce a la encantadora Françoise, de cuarenta y tantos años, que también tiene clases para su fiesta de bodas, y recuerda que ella fue su vecina en su infancia. Se acercan y el amor florece entre ellos, cambiando sus vidas.