Promise Not to Tell (1992)

Cuando Allan Hadfield fue condenado por cuatro delitos graves de primer grado de abuso sexual infantil de su hijo de diez años y su hija de doce años en el pequeño pueblo de Lehi, UT, no podía creerlo. Se habían hecho denuncias de abuso ritual satánico durante más de tres años contra más de 60 adultos en esta comunidad. Psicólogos, trabajadores sociales y juristas de renombre nacional analizan el problema de la política social cuando los niños son los únicos testigos de un crimen contra ellos mismos.