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Esta es la historia de una mujer notable, cuya devoción por una generación de héroes trascendió todos los límites. Madame Simone Renaud fue testigo de la liberación de Francia el 6 de junio de 1944 en un punto único: la pequeña ciudad de St. Mere Eglise, la primera ciudad liberada en la invasión del Día D. Fue aquí donde ella y su esposo, el alcalde de St. Mere Eglise, vieron cómo se desarrollaba el triunfo y la tragedia durante un día que definió la historia. Y fue aquí donde tantos soldados estadounidenses, que dieron su vida para proteger la libertad y la democracia, encontraron su última morada. Madame Renaud pasó toda su vida cuidando las tumbas de esos soldados estadounidenses y manteniéndose en contacto con sus seres queridos en casa. Se convirtió en amiga, familia y piedra de toque para aquellos cuyas vidas cambiaron para siempre por el Día D. La huella que dejó es imborrable. Su historia también lo es.
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