Last Stop (2009)

A tan solo una hora de Nueva York en coche,en el estado de Nueva Jersey,es el río Toms,una comunidad muy particular.Sus habitantes tienen muchas cosas en común,pero sobre todo su edad: todos tienen más de 55 años.Condicio sine qua non para poder comprar una de estas casas.De hecho,es imposible que las familias cuyos miembros sean menores de 19 años vivan en Toms River.No hay niños en Toms River.Salvatore Sciascia,un inmigrante italiano que llegó a Estados Unidos a la edad de 16 años,coordinador a cargo de la vigilancia,será nuestro Virgilio el que descubra a los protagonistas de este nicho generacional: Muriel,la mujer sabia;phil,el tipo duro;Al y Annette,los amantes;y Tony,el poeta.Será a través de sus historias que conseguiremos abrir una ventana a su mundo.Estas comunidades,De hecho,ofrecer a sus habitantes condiciones verdaderamente ventajosas: lo único que se sacrifica es el intercambio generacional.Aquí los ancianos pagan menos impuestos,reciben menos servicios que los ciudadanos promedio (un buen ejemplo son las escuelas,que ciertamente no necesitan),y disfrutar de numerosos pequeños privilegios que les hacen la vida mucho más sencilla.Tienen servicios de salud extremadamente eficientes.¿Compras?Un juego de niños: dos veces por semana hay un autobús lanzadera que lleva a quien quiera ir al centro comercial más cercano,y luego los trae de vuelta a casa con sus bolsas de compras.urólogos,cardiólogos,y todo tipo de especialistas están a pocos metros de distancia,y las ambulancias son gratuitas.Hay una piscina para el verano,una iglesia,una sala de lectura,una escuela de baile que enseña todos los estilos diferentes,como el baile country, uno de los más populares;su código de vestimenta dice que las mujeres deben usar vestidos con volantes y faldas anchas a la antigua y los hombres deben usar corbatas de hilo y botas de vaquero.Y también hay clubes bien equipados de todo tipo de intereses,que permitan cualquier tipo de actividad de ocio,de carpintería,donde la gente puede hacer o restaurar sus propios muebles,a la mesa de juego durante horas de torneos de bridge y pinochle.Un interesante,Experimento de bienestar que invita a la reflexión.