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Durante cuatro años, el sacerdote ortodoxo Libor Halík ha estado cantando salmos en voz alta fuera del hospital de maternidad en Brno. Esta es su protesta cotidiana contra los abortos. El documental muestra a un hombre que está convencido de que los checos prefieren la pereza al amor cristiano trabajador, que el aborto es asesinato, que la homosexualidad es perversión y que el ateísmo es un pecado mortal. Su guardia de oración fuera de la "fábrica de aborto" se encuentra con la oposición, pero todavía sigue sosteniendo la cruz y diciendo: Usted nunca puede ser un profeta en su propia casa y la tierra.