Borrado (2018)

Ana da a luz en el hospital local y todo va bien. Sólo hay un pequeño problema con el papeleo: su expediente no está en la computadora. Una pérdida temporal de datos parece deberse a un problema de software, no hay nada de qué preocuparse. A los pocos días, Ana se ve enredada en una maraña de burocracia de proporciones kafkianas: no estar en el ordenador significa no tener seguridad social, ni dirección permanente ni bebé. Se ve brutalmente obligada a dejar sola a una niña recién nacida en el hospital sin ningún derecho a visitarla hasta que todo se solucione. De repente Ana es extranjera, a pesar de haber vivido toda su vida en Eslovenia. Legalmente, ella no existe. Entonces, su hijo es huérfano. Y los huérfanos son dados en adopción.