Fundido a
Después de los acontecimientos que llevaron a la liberación y al perdón de Alex De Large, quien a la vista de todos fue "curado" de todos sus males, Alex es puesto como ejemplo de recuperación. El método de rehabilitación experimental, conocido como Método Ludovico, fue cerrado y llevado a juicio por las autoridades, donde Alex fue uno de los principales testigos de la fiscalía, entregando detalles de la traumática manera en que se logró su rehabilitación.
En el juicio, Alex relata con lujo de detalle a lo que fue sometido, causando revuelo y quedando como la víctima de toda esta situación. Durante los alegatos, Alex se vuelve un fetiche de la prensa: es invitado a diferentes programas de televisión para contar su experiencia, algo que aprovecha a cabalidad, convirtiéndose en una suerte de celebridad. Todo esto lo sabe manejar, ocultando la verdad de su involución.
Al finalizar el juicio, Alex recibe, como compensación, una gran cantidad de dinero, con lo cual compra una casa a las afueras de la ciudad, lejos de todo, para mantener un bajo perfil. Al ser consultado por la prensa, él indica que quiere escribir sus memorias. Además, debido al tratamiento, asegura haber perdido todo deseo por los placeres de la vida, por lo que desea llevar una vida tranquila, alejado de todo. Sin embargo, oculta completamente sus intenciones de venganza, esperando pacientemente que su exposición mediática disminuya. Durante varios meses, se mantiene alejado de los medios y de la vida pública; solo se le ve en un pequeño centro urbano cercano a su hogar cuando sale a hacer sus compras. Aprovecha las consecuencias que el método causó en su ser: un efecto completamente diferente al esperado, ya que ahora puede controlar sus impulsos y deseos. Esto le permite llevar una doble vida, convirtiéndolo en alguien aún más peligroso.
Tras pasar un largo tiempo recluido en su hogar y en el pueblo cercano, Alex decide que ya es hora de salir. Se dirige a la ciudad para comprar música, ropa y otras cosas de su interés. En este viaje, es reconocido por la mujer que salvó de la violación de la pandilla de Billy Bob. Entablan una conversación que poco a poco evoluciona en una relación amorosa, llevándolos a contraer matrimonio.
Corte a
Título: Fondo rojo que cambia de manera estroboscópica a color naranja con letras blancas: “A Clockwork Red”

Corte a
Un primerísimo primer plano de los ojos de Alex, un plano que se va agrandando a medida que nuestro personaje relata la acción en voz en off:
"Eme aquí, yo, Alex, en una iglesia, frente a ese supuesto ser superior, rodeado de la supuesta gente que me ama: mis familiares y conocidos. Amigos, nunca he tenido. Mis padres, esos dos, al primer momento me cambiaron por otro, y ahora que soy una persona respetable vienen a aprovecharse de mis logros como los parásitos chupasangre que son. Pero, me encanta esta situación. Quizás podría llegar a disfrutarla, aunque, por mí, los mataría a todos."
Ahora podemos ver la escena completa: Alex está con Camila frente a un cura, en plena iglesia, celebrando su matrimonio. Se comporta de manera normal, sonríe, pero esa sonrisa nace de la imagen mental que tiene de la misma situación, aunque todos están fornicando, bañados en sangre, revolcándose unos contra otros en una suerte de orgía dantesca y blasfema en plena iglesia. Esta perturbadora fantasía es interrumpida por las palabras del cura, quien le pregunta:
—¿Aceptas?
A lo que Alex responde:
—Sí, acepto.
Le da un beso a Camila y ríe de manera característica. La toma en brazos, celebrando, pero en su interior se imagina cosas atroces.
El tiempo pasa y Alex logra su cometido: construir una imagen respetable de padre de familia. Camila queda embarazada y da a luz a un varón al que llaman Ludwig De Large. Ahora, Alex se siente listo para dar pie a su venganza.
Una pincelada de lo que podría ser una secuela de La Naranja Mecánica
Después de los turbulentos eventos que llevaron a la liberación de Alex De Large y su "reinvención" como símbolo de rehabilitación, la sociedad cree que el otrora líder de los droogs ha encontrado la redención. Sin embargo, bajo la fachada de un hombre reformado, Alex guarda oscuras intenciones, manipulando a todos a su alrededor con un carisma frío y calculador.
En esta continuación, exploramos cómo el tratamiento Ludovico, lejos de extinguir sus impulsos violentos, le otorgó la capacidad de controlarlos, convirtiéndolo en un individuo aún más letal y astuto. Entre su aparente retiro, una imagen pública impecable y el inicio de una nueva vida familiar, Alex planea un regreso que mezcla venganza, redención y caos, con la hipocresía de una sociedad que lo glorifica como un ejemplo a seguir.
"A Clockwork Red" plantea la pregunta: ¿qué tan lejos puede llegar alguien con la capacidad de controlar sus impulsos pero sin haber perdido su esencia más oscura?




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