Confesiones de un cinéfilo solitario | Parte I

Siempre fui una persona solitaria. Desde muy niño. Con los años, crecí (lógicamente) y seguí de la misma manera. Creo que hay cierta dificultad en mi para establecer vínculos. Lo que siempre he notado es que tengo cierta incomprensión por el ser humano. Siempre me ha llamado la atención el mundo humano. Estoy a sólo unos meses de cumplir mis treinta años de vida y no he entendido aún absolutamente nada. He recurrido a libros de autoayuda, libros de seducción y no he logrado más que ciertas vivencias sexuales, aunque no he logrado nunca un vínculo duradero con alguien.

Considero que ante tanta soledad, los libros y el cine han sido mi mayor refugio. El filósofo Jacques Derrida, un gran cinéfilo, decía en una entrevista para Cahiers du cinéma que se conoce lo que es un beso en el cine antes que en la vida real. Me pregunto cuántas cosas aprendemos de las manifestaciones humanas que no son más que grandes experiencias que los hombres y mujeres han tenido y nos han legado. Pienso en el fuego. En ese carácter inmoral del fuego que quema. No es necesario tocar el fuego para saber que quema. Está idea me sirve para ilustrar lo que los hacedores y los artistas han creado y nos han remitido para que sepamos cómo no quemarnos o incendiarse si se quiere tal cosa.

Hace cuatro años atrás, me encontraba viendo Teorema de Pasolini por primera vez y leyendo el libro. No recuerdo si leí primero el libro o la película. Lo seguro es que ha sido una de las obras que siempre adoré por su tratamiento de lo sagrado y la alienación. El movimiento de los cuerpos que se expresa en Teorema, es un movimiento por sobre cualquier lógica humana. Es un filme que pertenece al terreno de lo sobrenatural. En tal sentido, mi comprensión de lo humano se veía instigada más por el misticismo adoptado por Pier Paolo Pasolini. Este intelectual italiano me hizo identificar con la figura del Otro, del extranjero. Sus libros y su cine, abordan a los subalternos, a los marginados como a Accattone. Me sentí seducido por el marxismo poético de Pasolini y hasta dejé de estudiar mi carrera universitaria de Marketing y me pasé a Filosofía. Quería indagar en el ser humano y en sus lógicas de poder. Mi intención era tomar posición, saber quien soy e identificarme con algún pensamiento. Por eso, vi en la filosofía el carácter emancipador que precisaba en aquel entonces.

Teorema: Cien años de Pasolini. – Veinticuatro películas por segundo
Terrence Stamp como el extranjero de Teorema

En ese momento para mi fue un momento de transición. Un momento de cambios. Empecé a interesarme en el director francés Louis Mallé. Creo que vi todas sus películas o casi todas. Mallé poseía el mismo estatuto intelectual que Pasolini. Siempre asocie lo intelectual con la provocación. Pero, no me refiero a una provocación efectista como puede verse en muchos directores snobs del cine actual. Realmente era una provocación fundada en la sutileza de las imágenes. En otros términos, en una poética marxista. El odio al fascismo, los conflictos pulsionales de los personajes, la crítica a la burguesía…Estos temas eran recurrentes en ambos directores. Louis Mallé representó siempre un refugio para convivir en armonía con mis dudas existenciales y políticas.

Para escribir esto, tengo que ir mirando un cuaderno en el que anoto todas las películas, y libros que leí. Estoy viendo el primero de los cuadernos que va del 2018 a 2021. Puedo ver que me interesé mucho por otro director italiano Bernardo Bertolucci. Este director siempre me respira por la espalda. Su obra máxima, a mi forma de ver, es The Dreamers. Como mencionaba, siempre me fascinó la provocación. Este filme presenta a dos hermanos incestuosos, con una bella Eva Green y Louis Garrell. Se suma al trío Michael Pitt. Actores hermosos sin ninguna duda. La clave de Bertolucci fue mostrar la decadencia moral de los intelectuales marxistas de salón del Mayo del 68, a partir de la simbología del incesto. La crítica de Bertolucci es implícita. Lo que no puede esconderse es el erotismo y la transgresión que se pone en juego con los personajes. El filósofo francés Georges Bataille, al que no tengo duda que Bertolucci ha leído, expresaba que el erotismo es una forma de transgresión. El erotismo escapa de toda norma impuesta socialmente, escapa de los límites. Es exceso. Y, dicho exceso reside en el sacrificio, en la muerte y en el orden de lo sagrado. En Pasolini, el erotismo, especialmente, en Saló, está puesto en la violación y la denigración fascista. Creo que Pasolini era una persona muy inteligente. Nosotros como espectadores analizamos Saló desde una perspectiva crítica que damos por sentado que también la posee el director marxista. Sin embargo, lejos de eso. Considero que Pasolini gozaba de la violencia de su filme. Obviamente, nunca vamos a conocer la postura o la subjetividad del creador. Pero, aunque sea, me animo a dudar. Pasolini siempre fue un infante. Una persona sin reglas como cualquier niño que espera un reto. Su transgresión es propia de sus lecturas del Marqués de Sade. Y justamente su filme es una adaptación libre de una novela de este último.

Prime Video: Soñadores
Fotograma de The Dreamers

Como he dicho en el párrafo anterior, he amado a Bernardo Bertolucci. Sin embargo, no quiero pasar por alto que me ha dolido el haberme enterado de lo sucedido con María Schneider en la filmación de El último tango en París. No creo que sea un tema que deba pasarse por alto. Bertolucci en complicidad con Marlon Brando ejecutaron la escena de violación anal a María Schneider utilizando una manteca. Lo que dejó secuelas a María Schneider. Lógicamente, dado que fue abusada. Muchos directores de renombre han entrado en diferentes episodios confusos y poco éticos. También, Roman Polanski y Woody Allen. Son maestros del cine, sin embargo siento cierta indiferencia cuando me entero de cuestiones ligadas a sus vidas privadas. Aunque, en cierta forma coincido con cierto pensamiento de Oscar Wilde, que el artista debe separarse de su obra. Creo, en tal sentido, que un filme posee una realidad ontológica pura que una vez puesta en la conciencia del espectador, vive por sí misma y sin remordimientos morales. Me refiero a que el filme posee una realidad en sí misma y se aleja del creador para volverse autónoma. Los espectadores somos dueños de lo que los hacedores han hecho, ya sean libros, películas, invenciones. Murnau, Platón, Leonardo Da Vinci no son más que manifestaciones históricas que configuran el tesoro de la humanidad.

Ante mi fascinación por el erotismo, vi el filme de Roman Polanski denominado La Venus de las pieles. Es una transposición fílmica muy libre del libro homónimo de Friedrich Von Sacher-Masoch. El apellido último del escritor fue utilizado en psicología con su raíz para la palabra “masoquismo”, entendiendo que el libro de Von Sacher-Masoch representó a Severin von Kusiemski, que hacía el papel de esclavo de Wanda von Dunajew. Wanda, que luego es interpretada en la película de Polanski por su esposa Emmanuel Seigner, posee el dominio del hombre. Es difícil no analizar este libro a partir de ciertos pensamientos foucaultianos. Hay cierta lógica de poder que se inscribe en la dominación femenina por sobre la masculina, como una forma de resistencia al orden establecido. Y, si se quiere, al orden patriarcal. Severin adora ser humillado de todas las formas posibles por Wanda. Creo que Polanski logra adaptar con sagacidad este libro. No sé si es tan conocida la película, pero realmente merece un espacio de culto. No supera al libro, pero es digna de verse.

Diálogos de celuloide – La venus de las pieles (La vénus a la fourrure,  Roman Polanski, 2013) – 39escalones
Imagen del fiilme de Polanski

Saliendo un poco del erotismo. También me he interesado, como he dicho, por cuestiones políticas. He buscado películas con un marcado tinte marxista. Me interesé mucho por Good Bye Lenin, de Wolfgang Becker. No sólo me interpeló políticamente. Creo que los que han visto el filme. me pueden confirmar que han sentido la pasión que despierta por una madre. El personaje principal no quiere que su madre comunista luego de salir del coma hace todo lo posible para que ella no se enteré de la caída del Muro de Berlín, y todo lo que ha sucedido, ya sea el cambio de costumbres. Recuerdo ciertas comidas artesanales que el chico guarda o también, cuando tiene que tapar la cortina porque hay un globo aerostático de Coca-Cola en la ventana. Luego, una película marxista, que ya había visto en la escuela, es Recursos Humanos, del recientemente fallecido director francés Laurent Cantet. Cantet me ha acompañado en diversos momentos de mi vida. Y, por último, tengo la anotación en el mismo mes de haber visto La culpa es de Fidel, de Julie Gavras. Julie es la hija del reconocido cineasta marxista Costa Gavras, que ha hecho filmes que denuncian al libre mercado, a la competencia entre seres humanos como obligación moral del capitalismo y se ha acercado a indagar en dictaduras militares, en especial. la del execrable Augusto Pinochet.

En el terreno de lo sagrado, debo admitir que fue Pasolini, quien me abrió los ojos. Tal vez, mi mayor exploración de la concepción sagrada ha sido los últimos años con el historiador de las religiones Mircea Eliade. He escrito sobre el documental El botón de nácar de Patricio Guzmán a partir de sus categorías de lo sagrado y lo profano. Sin duda alguna Mircea Eliade, me ha ayudado a pensar. También el director polaco Krzysztof Kieślowski. Sus filmes configuran con eficacia el concepto de lo sagrado de Mircea Eliade. Kieslowski juega con la ambigüedad religiosa. Dicha ambigüedad no es ajena a su persona. En Kieslowski, se pueden rastrear ideas que giran en torno a la fe, pero también sus dudas. El filósofo español Miguel de Unamuno ansiaba creer, pero no podía hacerlo. En esos términos, hay cierto aire en Kieslowski de Unamuno. No sólo por ese pensamiento, sino también por el pesimismo, la angustia y la búsqueda del Dios cristiano. Creo que he hablado mucho de Kieslowski. Siempre me fascinó aquella idea de Eliade que el mundo profano no puede escapar de la lógica de lo sagrado, siempre quedan vestigios. Hay cuestiones del orden del misterio del Universo que van a girar siempre en torno del ser humano y a pesar de que se trate de un materialista férreo, como puede ser mi caso, admito que tengo divagaciones metafísicas. Hay cierta musicalidad en la indagación metafísica. En el plano de lo sagrado, en aquello que ya veía Descartes que escapaba a su mente finita y si tenía la idea de Dios, era porque Él como sustancia perfecta e infinita, había colocado dicha idea, sino de otro modo no podría estar. Obviamente, el argumento cartesiano ya es muy obsoleto.

The Double Life of Véronique (1991) Trailer | Director: Krzysztof Kieslowski
El reflejo y el desdoblamiento de Veronique

Ahora bien, ¿Por qué me puse a contar todo esto? Pienso que el carácter de la confesión tiene mucho que ver con el análisis psicoanalítico, aunque también con religioso, es decir, los creyentes se confiesan ante un cura. Lo que ya Foucault llamó poder pastoral. De esta manera, le doy al lector cierto poder pastoral. Cierto voyerismo. Creo que ante lo dicho y retomando lo que dije al principio, se puede entender que mi incomprensión por el ser humano se basa porque justamente mis vivencias parten de imágenes y de símbolos como las palabras. Pero, ese encuentro con el Otro, no ha tenido tanto lugar en mi vida. Quisiera proseguir con estas confesiones en una segunda parte.

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Carlos CSC

Carlos CSC

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Me gustó mucho Soñadores, una película inteligente y muy especial. Muy buen artículo, enhorabuena. Te invito a pasarte por mi perfil y leer mis 3 artículos del mes en inglés. Un saludo!
08:35 17 de diciembre de 2024
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Stanley.

Stanley.

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https://www.peliplat.com/es/article/10034537/Forrest-Gump- te invito a ver mi artículo te felicito por buen artículo
07:28 19 de diciembre de 2024
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